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Richard Ramírez: "El Merodeador Nocturno"

29.08.2013 15:21

Ricardo Muñoz Ramírez nació el 29 de febrero de 1960 en El Paso, Texas (Estados Unidos), hijo de inmigrantes mexicanos. Con los años, sería más conocido como Richard Ramírez. Cuando tenía dos años, tuvo una contusión en la cabeza después de que un aparador cayó sobre él; recibió más de treinta puntos de sutura. También sufrió de convulsiones y fue diagnosticado con epilepsia cuando tenía seis años. Para combatir su temor y dada su fascinación por la muerte, comenzó a pasar varias noches a solas en los cementerios. Su primo Mike, ex combatiente de Vietnam, significó una influencia negativa ya que le contaba sangrientas historias sobre la guerra, en las cuáles narraba con lujo de detalles cómo violaba, torturaba, mutilaba y asesinaba a mujeres vietnamitas. Según Mike, tomar la vida de aquellas desdichadas era como ser Dios. También gustaba de golpear a su esposa (a quien terminaría matando) y le encantaba que Richard presenciara esos ataques. La exposición constante a la violencia lo fue insensibilizando. Ramírez fue siempre un entusiasta de la banda de rock australiana AC/DC. La canción "Night Prowler", del álbum Highway To Hell, se convirtió en un himno para él. Dicho tema describe el miedo de una niña que está en su habitación sola, por la noche; y también la historia de un joven que entra furtivamente al cuarto de su novia cuando los padres de ella no están. Esto le sirvió a Ramírez para desarrollar un sobrenombre que se volvería célebre: "Night Stalker", "El Merodeador Nocturno". La ola criminal inició el 28 de junio de 1984. Estuvo consumiendo cocaína y salió de su casa completamente drogado. Puso en el auto su canción favorita. Se detuvo afuera de una casa en la calle Glassell Park, quitó una protección y entró por la ventana. Allí vivía Jennie Vincow, de 79 años de edad, quien dormía en su cama. Fue apuñalada en repetidas ocasiones; su garganta fue cortada tan profundamente que casi quedó decapitada. Ramírez también saqueó su departamento y asaltó sexualmente el cadáver de la anciana. De esta manera continuaría su carrera como asesino, sin pautas concretas lo cual hacía mas dificil su detención: mataba a personas dandole igual sexo, raza, edad o condición. Las armas utilizadas iban desde un bate de beisbol o un martillo a un machete o un puñal, pasando por varios tipos de pistolas. Su modus operandi también oscilaba, ya que podía asesinar de una manera organizada sin dejar pista o matar sin ningún cuidado creyéndose amparado por Satanás, dibujando signos satánicos, su seudónimo o la frase “Jack the Knife” del tema “The Ripper” de Judas Priest en las paredes, comiendo en casa de sus víctimas, robandoles el dinero que llevaban encima o dejando las armas homicidas en el lugar del crimen. Su juego preferido era salir de caza, acompañado por un walkman, oyendo AC/DC, encontraba a su víctima y entraba en su casa preparado para violar y matar. Al principio, solo golpeaba y violaba, dejando incluso a la mayoria de sus víctimas con vida, pero después se hace mas sádico, como por ejemplo, en el asesinato de una joven, que violó, apuñaló y sacó los ojos con una cuchara, dejándola morir después y enviandolos a su casa al día siguiente. La gente de Los Ángeles se encontraba en un estado de pánico. Los ataques habían desatado la histeria colectiva y todos se encontraban aterrados. Los periódicos ya se referían al asesino como “El Merodeador Nocturno”. Ramírez decidió abandonar la zona donde cazaba y tras sucesivos y violentos ataques se dirigió hacia el norte, San Francisco, donde el matrimonio Pan fue su primer blanco. El terror se apoderó de esta ciudad cuando la policía determinó que la bala que había matado a dichas víctimas había sido disparada por “El Merodeador Nocturno”. Pero la policía de San Francisco tenía una pista. El dueño del Hotel Bristol afirmó que un joven que encajaba con la descripción del asesino se había hospedado en su hotel durante el último año y medio. Revisaron la habitación donde el sospechoso había dormido y encontraron un pentagrama dibujado en la puerta del baño. Ya con las huellas digitales encontradas en la escena del crimen y tras una búsqueda exhaustiva en un banco de datos descubrieron la verdadera identidad del Merodeador Nocturno. De inmediato informaron a todos los medios de comunicación. Todos los periódicos de Los Ángeles publicaron su fotografía en la primera plana. El 31 de agosto, Ramírez regresó a Los Ángeles. No tenía idea de que ya lo habían identificado, ni de que su fotografía seguía apareciendo en la primera plana de los diarios, por lo que fue fácilmente reconocido y perseguido por la gente. Intentó escapar corriendo pero fue atrapado, golpeado y casi linchado si la policía no lo evitaba. El juicio fue uno de los procesos penales más difíciles y más largos en la historia estadounidense. Se entrevistó a cerca de 1,600 posibles jurados. Más de cien testigos declararon. La defensa alegó que estaba bajo el influjo de las drogas cuando cometió los crímenes, y después intentaron que se lo considerara mentalmente perturbado. Ramírez se pavoneaba en el Tribunal. Lanzaba frases despectivas hacia los testigos, hacia el Jurado, hacia el Juez. Coqueteaba con las mujeres, quienes, le devolvían siempre la sonrisa. Los fotógrafos imprimían imágenes suyas todo el tiempo, le encantaba que le tomaran fotos, posaba para los medios y siempre se despedía diciendo: “¡Viva Satán!”

El 20 de septiembre de 1989, fue declarado culpable de trece cargos de asesinato, cinco intentos de asesinato, once agresiones sexuales y catorce robos. El 7 de noviembre fue condenado a muerte; sería ejecutado en la cámara de gas. Al escuchar la sentencia, Ramírez sonrió y respondió al Jurado: “Gran cosa. La muerte forma parte de mi territorio. ¡Los veré en Disneylandia!” Fue enviado al Pasillo de la Muerte en la prisión de San Quintin, en California, una de las cárceles más temidas, sin embargo las apelaciones de sus abogados sirvieron para retrasar su ejecución por más de veinte años. Tras el juicio, recibió docenas de cartas de fans, casi en su totalidad mujeres que le manifestaban su amor y su deseo, incluso llegó a contraer matrimonio con una de ellas; el resto eran de chicos que le expresaban su admiración y le pedían consejos. Ramírez impactó a los medios con su salvajismo, su locura y su sordidez. Se rodaron películas, se hicieron camisetas, inspiró a muchos artistas, tal es el caso de la canción y el opresivo video clip de Tricky, “Hell is around the corner”. La banda de rock AC / DC tuvo demandas por parte de familiares de las víctimas, que absurdamente los responsabilizaban de la conducta del asesino, quien mientras tanto se dedicó a diseñar camisetas para grupos de rock pesado, y a prestar su imagen para publicidad de conciertos del mismo estilo. Richard Ramírez, “El Merodeador Nocturno” murió en la prisión de San Quentin el 8 de junio de 2013, a los 53 años de edad, por causas no especificadas. Había evadido, así, la ejecución que pendía sobre su cabeza.